sábado, 12 de junio de 2010

Silencio


Él siempre llegaba temprano cuando había pocos en la facultad. Con los oídos sordos por la música caminaba de largo hacia el salón. Hasta que por casualidad miró a la derecha, justo antes de subir las escaleras y miró aquellas flores que había crecido por el fervor de la primavera. No sólo era el silencio de la facultad, sino el silencio de las flores blancas en contraste con el edifico de color negro y el silencio de aquellos que no veían las flores con interés.

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